Amb el pinzell a la mà creuo l’estança i el llenç, conscient que també creuo aquest dia i no hi ha volta enrere.
Hay algo serio y roto
que quedó por pasar
a un centímetro de mi boca,
rozando apenas los labios.
Más allá de lo perdido
ya no anidaron las aves
y los girasoles
quedaron por siempre quietos.